11 de marzo de 2008

Esa etapa complicada

Estos días han sido de orden... y no precisamente de orden mental.
Archivar papeles, encontrarse con un millón de escritos en una hoja arrancada de un cuaderno u hojas impresas que algún momento hicieron un sentido en mí. Así me he puesto a pensar en los caminos que he tomado por opción propia, o por situaciones que nadie puede entender... Como dicen (no se quien lo inventó) todo cambia y entre tanto papeleo, fotocopia, resumen y recuerdo me encontré con un escrito que me llegó una vez, no se quien me lo mandó, ni porque razón, pero logró algo especial. Logró más que un minuto de silencio, logró que mirara a mi alrededor de una manera melancólica, nostálgica, llenándome de preguntas y a la vez confirmándome que no soy la única a que en sus veintitantos se sintió así…


Cuando tienes veintitantos…
Una idea se vuelve muy peligrosa cuando es la única que tienes…
Le llaman la “crisis del cuarto de vida”. Te encuentras a ti mismo desafanándote de la multitud más que en cualquier otro momento de tu vida. Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas donde estarás en un año pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes donde estás ahora. Te empiezas a dar cuenta que tu circulo de amigos es mas pequeño que hace un par de años atrás…
Te das cuenta que cada vez es mas difícil ver a tus amigos y coordinar horarios… Por diferentes cuestiones: Trabajo, estudio, pareja, etc… Y cada vez disfrutas mas de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son “tan divertidas”… Hasta a veces te incomodan… Y extrañas la comodidad del colegio, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos, otros no eran tan especiales después de todo. Te empiezas a dar cuenta que algunas personas son egoístas y que alo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con la que has perdido contacto resutan ser los mas importantes para ti. Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas y con más dolor.
Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes porque no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor. Y pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de pololeo y algunos empiezan a casarse… Quizás tú también ames realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerse por el resto de tu vida. Atraviesas por las mismas emociones y te preguntas una y otra vez, y hablas con tus amigos de tomar alguna decisión.
Las relaciones y citas de una noche te empiezan a parecer baratos y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo. Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo… Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.
A veces te sientes genial e invencible y otras… solo, con miedo y confundido. De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta que el pasado cada vez se aleja mas y que no hay otra opción que seguir avanzando. Te preocupas por el futuro, prestamos, dinero… y por hacer una vida para ti, independizarte.
A más de alguno nos gustaría volver a los 17-18 algunas veces. Parece ser un lugar inestable, un camino en transito, un desbarajuste en la cabeza. Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro, y así como ayer teníamos 18, mañana tendremos 30, Así de rápido.

“La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento”