20 de octubre de 2007

Aun con su olor en mis manos, no me lo explico...


Prendiendo ese cigarrillo inusual, escuchando esas mismas canciones, que tan sólo hace "tiempos", presenciaron más que un beso, aun así, me es más difícil entender…

Con inciensos y flores a mi lado, para inhibir la fragancia que me delata, pero no así mi sonrisa, que aun no comprendo, pausó… y a altas horas, le sigo dando vueltas. Y es que no es sólo por él, a él no se le toca ni se le culpa.

Me detengo, no canto, pero observo con calma a una polilla que trata de entrar desesperadamente por la ventana, queriendo estar en mejor vida, llena de luz artificial, para deleitarse y sentirse viva ante el calor de ésta, pero soy muy egoísta para compartir mi espacio, mi luz con ella. Ojalá ella lo entienda, y no caiga agónica a metros de mi casa, ya que su deseo sobrepasó su realidad… no, eso no lo quiero. Y menos ahora. Y no quiero dejarme tentar por esa vaga idea, porque hay que priorizar, hay cosas que no entiendo, y que talvez jamás entenderé.