Prendiendo ese cigarrillo inusual, escuchando esas mismas canciones, que tan sólo hace "tiempos", presenciaron más que un beso, aun así, me es más difícil entender…
Con inciensos y flores a mi lado, para inhibir la fragancia que me delata, pero no así mi sonrisa, que aun no comprendo, pausó… y a altas horas, le sigo dando vueltas. Y es que no es sólo por él, a él no se le toca ni se le culpa.
Me detengo, no canto, pero observo con calma a una polilla que trata de entrar desesperadamente por la ventana, queriendo estar en mejor vida, llena de luz artificial, para deleitarse y sentirse viva ante el calor de ésta, pero soy muy egoísta para compartir mi espacio, mi luz con ella. Ojalá ella lo entienda, y no caiga agónica a metros de mi casa, ya que su deseo sobrepasó su realidad… no, eso no lo quiero. Y menos ahora. Y no quiero dejarme tentar por esa vaga idea, porque hay que priorizar, hay cosas que no entiendo, y que talvez jamás entenderé.